Aunque el romance histórico no es el género que más me entusiasma dentro de la romántica, hay algunas autoras que sí que me gustan mucho, y Lorraine Heath es una de ellas, además sabiendo que este mismo mes se publica el segundo de esta serie me tenía que poner al corriente, y no me ha defraudado para nada.

Tras la repentina y sospechosa muerte del Duque de Keswick, Sebastian, el legítimo sucesor tiene que hacerse cargo del título, pero su codicioso tío, Lord David, lo encierra en una torre junto a sus hermanos Tristan y Rafe.
Los tres jóvenes de catorce y doce años saben que les espera la muerte, y justo cuando piensan en escapar aparece Lady Mary para liberarlos.

Sebastian promete a Mary que volverán a encontrarse en diez años, pero de momento tienen que huir y lo mejor que lo hagan separados para que no los encuentren.

Después de doce años los hermanos Easton aparecen para reclamar lo que es suyo, lo han tenido muy difícil y sus vidas no son precisamente las que corresponden a su rango, Sebastian ha estado en el ejército, Tristán se ha dedicado a la piratería y Rafe tiene un club nocturno. La sociedad de Londres los rechaza y será Mary la que se preocupe por ellos y los quiera ayudar.

Si algo me ha gustado de esta novela, es que aunque el tema pueda estar trillado, ni la relación amorosa es la típica ni tampoco los personajes.

Mary es una joven que tuvo que pagar un precio muy alto por ayudar a escapar a sus amigos, era una joven alegre y de espíritu libre, pero la libertad le fue arrebatada y se ha convertido en una mujer madura que hace lo que se espera de ella, está prometida y próxima a casarse, pero cuando Sebastian y sus hermanos vuelve a entrar en su vida, resurge la chica impetuosa y rebelde que era.

Sebastian ha vuelto con graves lesiones, no solo físicas, como la pérdida de un ojo, si no también psicológicas, se ha convertido en un hombre duro que ni siquiera sonríe.
La relación entre ellos me ha gustado porque la autora lo ha hecho creíble, han pasado doce años y son unos completos desconocidos, se sienten atraídos y recuperan la amistad que tenían, pero el amor va surgiendo poco a poco.

También me ha parecido real que los hermanos tampoco saben que ha sido de cada uno de ellos, han pasado doce años sin saber de los otros y ahora que acaban de encontrarse tienen mucho dolor y resentimiento como para abrirse a la primera de cambio.

Como pega diría que me ha faltado conocer un poco más a los protagonistas, hubiera estado bien que nos hubieran explicado algo del pasado de ambos.

Ha sido una sorpresa la aparición de William Graves, uno de los protagonistas de la serie Los huérfanos de Saint James, que espero que algún día nos publiquen su historia.
En definitiva, Una tentación para el duque es una historia sencilla y bonita donde la venganza, la amistad y el amor están siempre presentes, la autora nos presenta unos personajes oscuros, Sebastian tiene que salir de las tinieblas donde se ha metido y Mary tiene que volver a ser la joven libre que era, y por eso se complementan y se ayudan a evolucionar el uno al otro.

Creo que es un buen principio de serie y tanto Tristan como Rafe también prometen.

Todos los libros de Lorraine Heath son una delicia para las amantes de las novelas románticas, o al menos lo es para mi porque a día de hoy, todos sus libros me han encantado y me han hecho pasar un rato muy dulce.

Con esta nueva serie conocemos a los herederos de Pemmbrook, el duque Sebastian, su gemelo Tristan y el pequeño Rafe. Los tres niños sufren la pérdida de su padre cuando el joven heredero sólo cuenta con catorce años, esa misma noche su tío los encierra en una torre de la mansión ducal para eliminarlos y hacerse con el título, pero la joven Lady Mary, de sólo doce años, vecina de los lores de Pembook y amiga inseparable de Sebastian, logra ayudarlos a escapar. Después de esa noche, nadie, ni siquiera Mary, vuelve a saber de ellos en más de doce años dando pie a especulaciones sobre sus posibles muertes, hasta que inesperadamente reaparecen ante la buena sociedad londinense poco después de que su tío reclame el ducado para si desatando un gran escándalo y muchos recelos.

Mary es la única hija del conde Winslow, de pequeña siempre estaba en Pembrook al lado de los hermanos Easton, pero sobre todo, al lado de Sebastian, con el que siempre tuvo una conexión y una amistad muy especial, cuando ellos desaparecen sufre las consecuencias de pedir ayuda a su padre, un hombre débil y miedoso que no es de gran ayuda para nadie. Ahora, en su primera temporada en sociedad a una edad ya muy tardía, tiene la "suerte" de comprometerse con un buen noble, Fizwilliam, con el que cree que tendrá un buen matrimonio y buen futuro, pero la repentina aparición de los Lores de Pembrook y de Sebastian, y su afán por ayudarlos a ser aceptados, harán que su tranquila vida de un vuelco.

Sebastian y sus hermanos han sufrido mucho a lo largo de los años en los que además han permanecido separados, han sobrevivido malamente muy lejos de la buena vida, educación y los cuidados que deberían haber tenido como jóvenes lores, sólo la sed de venganza y la voluntad de recuperar lo que les pertenece les da el valor de sobrevivir y esperar el tiempo necesario para reaparecer ante el mundo. Sebastian en concreto, ha vuelto marcado por las cicatrices y la guerra, mientras que su gemelo Tristan atrae a todas las mujeres por su atractivo, él sabe que espanta a todos los que tienen que mirarlo de frente. El reencuentro con Mary, la niña pelirroja y espigada que siempre le iba a la zaga convertida en una hermosa mujer que sigue dando la cara por ellos ante todos, hace que desee mucho más de lo que esperaba al llegar.

Me ha gustado mucho el libro, con una historia de amor bonita, tierna y sencilla que te atrapa desde las primeras páginas y te deja con muchas ganas de saber cómo les irá a los otros dos hermanos que prometen ser más interesantes que Sebastian.