Kim Jones

Romántica histórica

Catalina: La Rebelde

¿Qué tienen en común un duque inglés y una fugitiva disfrazada de hombre? N A D A.

La crème de la sociedad regente ha hablado: y esta vez no es nada bueno. El duque de Beaufort vuelve a ser escándalo en las salitas del té, no por sus amoríos con damas casadas y ni siquiera por su apariencia demoníaca. Entonces ¿qué podría reunir a las cotillas de Londres para querer poner la cabeza de Beaufort en una pica?

Un ayudante muerto.

O mejor dicho, tres. Pero el duque está decidido a demostrar su inocencia usando como señuelo a su último ayudante: «Cat». Beaufort comprobará que su vida nunca ha estado más en peligro que con una odiosa mujer enmascarada a su servicio. ¡Y eso que el verdadero asesino sigue suelto! ¿Podrán dos personas, pertenecientes a dos mundos diferentes, cambiar sus vidas de manera inesperada? ¿O lograrán matarse entre ellos antes de que el propio asesino lo haga?
¿Hasta dónde llegarías para salvar a tu hermana?

Catalina, hija bastarda de un hacendado español, tiene su cuello casi en la horca. A punto de ser ejecutada, logra escapar, pero deja atrás a su hermana en peligro. Por azares del destino, cuando un excéntrico duque la obliga a ser su «ayudante», ve la oportunidad perfecta para salvar a su hermana de una muerte asegurada. Lo que no sabe es que su terrible empleador es un escándalo viviente y que pondrá a prueba su paciencia mientras despierta otros sueños en ella que mantendrá escondidos bajo su disfraz.

¿Hasta dónde llegarías para salvarte a ti mismo?

Beaufort, atormentado por las secuelas de la guerra, consume los días con lo único que le despierta una emoción: descubrir el asesino de sus ayudantes antes de que la sociedad lo condene a él. Solo bastará que su nuevo empleado cumpla con las reglas para poder enfocarse, pero ¿quién dijo que la única mujer que oculta su identidad no será quien lo salve del asesino y, quizás, de él mismo?

Romántica histórica

Un buen motivo para mentir

«Empecé a amarte en este mismo lugar la primera vez que intenté seducirte»

Tras conocer la intención de su hermano, el marqués de Somerset, de desposarla con un viejo noble, Elisabeth Alwood abandona el hogar de su familia en Londres dispuesta a embarcarse rumbo a Europa junto a su dama de compañía. De camino hacia Portsmouth, y con el fin de reunir el dinero necesario para el pasaje en barco, ambas se emplean temporalmente en el castillo de Greyswood, confiando en que sus propietarios se encuentren en Londres disfrutando del inicio de la temporada.
Sin embargo, no todo sale como Elisabeth ha planeado. La misma noche de su llegada al castillo, el primogénito del duque, Robert, conde de Downey, aparece en él escondiéndose de su familia mientras trata de recuperar la vista, que ha perdido al participar en un duelo.
Elisabeth, haciéndose pasar por una doncella del castillo, termina trabajando para él, un hombre malhumorado y enojado con el mundo que, a pesar de ello, no logra que ella ceje en su empeño de ayudarle.
Por su parte, Robert descubre en la joven doncella un inesperado motivo para seguir adelante: convertirla en su amante.

Romántica actual

Ese chico

Atractivo, rico, poderoso, enigmático y muy sexy… Jake Swagger es ese chico.

Penelope es una autora en busca de inspiración y, cuando conoce a Jake, un empresario al más puro estilo Christian Grey, idea un plan muy simple: hacer que se enamore de ella, descubrir los secretos que Jake oculta tras esa fachada de tipo duro y escribir una novela con él como protagonista que la lance a la fama.
Pero Penelope está jugando a un juego muy peligroso…

Llega Kim Jones, la nueva reina de la comedia romántica y erótica.

Romántica actual

Todas las promesas que rompimos

Spin-off de la serie Everlanting Wound

Cuando tu mejor amiga se casa y tú sigues soltera, te agarras una buena cogorza. Si no, no es la boda de tu mejor amiga. Punto. Eso sí, lo de acabar intimando a lo loco con él no estaba previsto.

En mi defensa, debo decir que asistí a la boda sin la supervisión de un adulto, lo mínimo que necesito para no liarla parda cuando hay barra libre y un soltero apetecible en la zona.

¿En qué momento me pareció que aquello era una buena idea? Al final, iba a pagar caro el no ceñirme al plan original de emborracharme. Nada salió como había esperado, a pesar de que aquella noche fue mágica.

Pero lo que son las cosas: aunque nos habíamos prometido distancia, el maldito (o bendito) destino hizo que no tuviéramos más remedio que volver a colisionar.

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