Braden MacAllister sabía que había llegado el momento de regresar a casa. Londres podía volverse peligrosa ahora que le había descubierto en una situación comprometida con las hermanas Ghent. A lomos de su caballo Deamhan, y acompañado por su hermano Sin que había jurado no volver a poner un pie en Escocia, esperaba con ansia el momento de descansar en Kilgarigon. Sin embargo en casa se había declarado una revuelta. Las mujeres se habían sublevado hartas de perder a esposos, hijos y hermanos en la contienda que mantenían con los MacDouglas. La artífice del plan había sido Maggie ingen Blar la mocosa que durante su infancia persiguió a Braden con el único fin de que reparase en ella.

Seguro de su encanto, Braden está convencido que podría terminar en minutos con el motín. Sin embargo su “Florecilla”, como solía llamarla de niña, se había convertido en una bella mujer, testaruda y orgullosa, cansada de perder a hermanos en esa ridícula contienda. Una enemistad que terminaría sólo cuando Ewan MacAllister fuera entregado a Robby, laird del clan MacDouglas.

Cansados del plante de las mujeres y de que un hombre tan “magnífico” como Braden haga las funciones de guardián, más de cuarenta hombres del clan tomarán como rehenes a Lochlan MacAllister, hermano de Braden, y a los hermanos de la joven. A partir de ese momento a Maggie no le quedará a más remedio que idear un plan alternativo. Uno que precisará de la ayuda de Braden y Sin y que les llevará hasta el castillo mismo de los MacDouglas.

Una nueva novela de Kinley MacGregor que me ha gustado. Me ha resultado entretenida y divertida. Tiene sus momentos de ternura, pero no puedo decir que haya mucha pasión. Para mí resultaba novedoso que las mujeres de un clan decidieran revelarse de esta manera para evitar más muertes entre sus familiares. Cuando la compré ya me imaginaba que un hombre tan mujeriego como Braden no podía tener una historia como las de sus otros hermanos de más carácter. Él es el sinvergüenza de la familia. El hermano que salta de flor en flor en pos de la mujer más atractiva. No tiene la sensatez de Lochlan, ni la seriedad de Ewan ni el aura de peligro de Sin. Pero la autora, utilizando a Sin para ello, nos demuestra que hay algo más detrás de la belleza, los atributos y la sonrisa de Braden. Nos hace pensar en quién es y como es en realidad. Maggie es la joven que ha vivido siempre marcada por ser la única fémina de una familia formada por otros seis hermanos, siendo ella encima la menor. Huérfana de madre desde muy pequeña siempre había considerado a Braden como su salvador. Desde los doce años le había amado en secreto recordando cada detalle de él, sus gustos, sus preferencias. Sin embargo, necesitará un empujón de Sin para que se enfrente de verdad a sus deseos.

En cuanto a los personajes secundarios mi favorito, como no, es Sin. El hermano oscuro y peligroso, el atormentado, el siempre fiel y leal amigo y hermano. Casi más que con la relación entre Braden y Maggie me quedo con la participación de Sin. Siempre que leo esta novela, Nacido en pecado le sigue a continuación. Sin es uno de los protagonistas masculino que más me ha impactado en las novelas románticas.

En conclusión, aunque no es una de las mejores novelas de esta escritora creo que se puede recomendar esta lectura. Resulta entretenida, amena e incluso divertida en algunos momentos. Aunque esta saga siempre me parecerá incompleta hasta que consiga leer la historia de Kieran. La autora nos hizo una presentación pequeña de este personaje en la novela El guerrero (Lochlan). En el epílogo se le presenta a su hermano para referirle como entregó su alma para que sobrevivieran sus compañeros de La Hermandad de la Espada. Una novela que narre al detalle el tipo de criatura en la que se convirtió, y su historia, es tal vez el libro que más he deseado leer desde hace años. Aunque no sé si alguna vez se hará realidad.

La puntúo con un 4/5.