Hace muchísimos años que leo libros de Johanna Lindsey y antes nunca tenía claro lo que me iba a encontrar cuando abría uno de sus libros, porque tiene historias verdaderamente maravillosas y otros que eran un horror, pero en los últimos tiempos es una autora que se ha asentado en cierto estilo de historias y aunque a algunas seguramente no le gusten, a mí me suelen entretener bastante, como es el caso de Corazón Fugitivo que tiene como protagonista a Degan Grant al que pudimos conocer en el primer libro de la serie como el pistolero más famoso del oeste.

PUEDE HABER SPOILERS a partir de aquí.

Degan ha hecho amigos entre las familias Warren y Callaham después de ayudar a la unión de sus primogénitos, Tiffany y Hunter, y aunque se siente a gusto y querido tanto por sus amigos como por el pueblo y el entorno, sabe que tiene que marcharse pronto para no crear problemas ya que su nombre atrae a todos los tontos que quieren demostrar que son más rápidos que él, su fama le precede a su pesar, así que pone rumbo a otros territorios después de la boda, pero al poco se encuentra con un viejo amigo, un Marshall que le pide el favor de apresar a tres de los tantos fugitivos que están en busca y captura. Degan acepta y al primero que atrapa es Max, o Maxime, como descubre después.

Max lleva huyendo dos años después de que la culparan de matar al alcalde de su pueblo natal en Texas y de robar un banco. Viste como un muchacho y sobrevive escondiéndose entre los bosques comiendo lo que caza con pequeñas paradas en algunos pueblos, hasta que es atrapada por Degan Grant. Max es de temperamento fogoso pero muy alegre, habla mucho y los enfados apenas le duran unos segundos antes de que vuelva a estar sonriendo, y no duda en enfrentarse al temerario Degan Grant cada vez que puede a pesar de que todo el mundo se aparta de su camino en cuanto lo ve llegar.

Degan es un hombre aparentemente frío, no deja que sus emociones o lo que piensa se reflejen en su cara, mantiene una reputación que no ha buscado y la gente lo teme a pesar de que él no haga nada, pero cuando encuentra a Max la siente como un soplo de aire fresco, una chica que no lo teme, que se enfrenta a él y lo más importante, lo divierte.

Por eso cuando llega el momento de entregarla prefiere arrastrarla con él por el oeste intentando encontrar a otros fugitivos.

Los dos protagonistas son muy diferentes, ella abierta y parlanchina, él callado y serio con un pasado entre algodones del que escapa, entre los dos hay atracción desde el principio que pronto se convierte en otro sentimiento más serio, pero tendrá que creerla cuando le dice que ella es inocente de todo lo que se la acusa y pensar qué hará con ella en el futuro.

Me ha gustado, es entretenido y divertido, se aleja de la nueva moda de meter escenas hot con calzador cada pocas páginas y se centra en los protagonistas y la trama.

Lo empecé ayer y lo he terminado hoy.

Como me sucede siempre, me he divertido con los diálogos entre Degan y Max, los protagonistas de este libro, cosa muy típica de Lindsey.

La historia es sencilla, bonita, divertida, sensual y adictiva.

Me he reído mucho, sobre todo imaginando al circunspecto y serio Degan, frente a ese volcán en erupción que es Max.

Las situaciones divertidas son muchas, aunque también hay momentos tiernos, sensuales y peligrosas. La trama no decae en ningún momento y además quieres saber la realidad del pasado del pistolero, lo que hace que quieras correr para llegar al final.

Me ha encantado.
4/5