Buenassss¡¡¡¡ No sé qué me pasa en verano, pero siempre me cuesta la vida engancharme a un libro. Al final para salir de mi bloqueo, siempre acabo decantándome por historias simples, y que entretengan. Hoy os traigo el primer libro de la serie Bayshore Billionaires publicado por chic editorial de Jaine Diamond.

Megan Hudson acaba de llegar a Vancouver desde Croiks Creek, su pueblo natal, dejando atrás toda su vida.

Troy, su novio desde el instituto, la maltrataba psicológicamente, hasta que un día, harta de su comportamiento, decidió dejarlo y este se quedó con todos sus ahorros. Así que ahora se encuentra en una nueva ciudad, con una maleta que se acaba de romper, dejando toda su ropa en medio de la calle y deseando llegar a casa de su hermano.

Jameson Vence pertenece a una de las familias más adineradas de Canadá. Su abuelo Stoddar, acaba de fallecer y en la lectura de su testamento propone un juego a sus nietos. Cada uno deberá vencer un reto, si no lo hacen perderán su herencia. Para colmo, tras su último escándalo en la prensa rosa, su hermano Graysen, le recomienda encarecidamente que debe de mantener un perfil bajo, y qué mejor manera que adquiriendo un compromiso falso.

Un juego, una noche, un viaje, una maleta, un anillo y una familia serán nuestros compañeros de viaje.

No sé bien por dónde empezar esta reseña, la verdad es que ha sido una grata sorpresa. Aunque es cierto que es una historia simple y llena de clichés, la autora ha caracterizado a sus personajes de una gran carga psicológica, haciéndolos muy complejos.

Jameson es el menor de cinco hermanos, su padre murió cuando él era pequeño y su madre se volvió a casar y lo mandó a un internado. Las figuras paternas que ha tenido como referentes han sido su abuelo y Graysen. En la empresa familiar ocupa el cargo de director de Marketing, y es el mejor, el problema es que para ello debe de tener una gran vida social y eso perturba al resto de su familia, ya que lo que más valoran es la privacidad.

Megan, lleva toda su vida siendo machacada por un ser que debía de amarla. Renunció a todo por él, y lo único que consiguió es quedarse sin nada. La dignidad que le quedaba la metió en una vieja maleta con el propósito de empezar de nuevo en Vancouver, ciudad donde residen su hermano Cole (estrella de hockey) y su amiga de la infancia, Nicole.

Qué decir de los personajes secundarios, esta familia es de lo mas peculiar y aunque parezca que “se odien” los unos a los otros, la verdad es que darían la vida por sus hermanos. Me ha encantado como la autora ha sabido otorgarle a cada uno de ellos el puesto en la empresa que mejor va con sus personalidades, sé que nos darán mucho juego en las siguientes entregas y estoy deseando saber qué les depara el futuro a Harlan y Graysen.

La trama está centrada en cómo van a llevar nuestros protagonistas esta relación falsa, está claro que entre ellos hay una tensión sexual que podría derretir los casquetes polares, pero intentarán por todos los medios resistirse. Cosa que hará que acaben forjando una amistad y conociéndose más allá de la imagen que proyectan.

A través de sus 432 páginas, con capítulos narrados a dos voces y una pluma sencilla, seremos testigos de cómo dos personas rotas pueden recomponerse, complementarse y sanarse.

Este libro tiene todos los alicientes para ser un gran compañero de playa o piscina. Nos hará reír, enfadarnos, morir de combustión espontánea... pero sobre todo, pasar un buen rato evadiéndonos de la monotonía, el calor y los problemas cotidianos.