Maldito síndrome de Estocolmo

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Detalles del libro

ISBN-10
8417333193
Subgénero
  • Romántica actual
Fecha
10 de Octubre, 2018
Editorial
¡Lo quiero!

Serie Estocolmo 1

¿Quién eres realmente, Eric Grau, y qué ocultas bajo esa piel tan fría?

Ana empieza a trabajar en Laboratorios Grau, una multinacional farmacéutica. Su jefe, Eric Grau, un hombre alto y atractivo al que todo el mundo llama Iceman, tiene fama de ser arrogante y despiadado, además de un auténtico depredador sexual. Al principio, la relación entre ambos es muy tensa, pero, poco a poco, la joven descubrirá que su implacable jefe no es el hombre de hielo que todos creen.

¿Podrá Ana resistirse al síndrome de Estocolmo que Eric despierta en ella?

Opiniones de los usuarios

2 opiniones
Valoración
 
4.3(2)
Es un libro que se lee muy rápido
Valoración
 
4.0
Nos encontramos con Eric y Ana. Ella entra a trabajar en la parte de consultora externa de una empresa de laboratorios farmacéuticos muy grandes. Una empresa familiar que, en realidad, solo lleva uno de los hermanos, porque los otros dos no sirven para nada más que dar órdenes y humillar al personal, especialmente uno de ellos.

Ana enseguida congenia con su jefe directo y los compañeros que tiene del sexo masculino. Con las mujeres le cuesta más, y es que la envidia es muy mala compañera de viaje. Le gusta su trabajo y lo hace bien. Además, es una mujer sin pelos en la lengua. La autora nos la presenta como una mujer fuerte, independiente, trabajadora, que sabe lo que quiere y con principios. No se calla ante las injusticias y siempre dice lo que quiere. Eso está bien, pero está claro que solo a veces, porque también hace que te coloques en el ojo del huracán.

Ana no pasa inadvertida, sobre todo para ese dueño que todo lo ve y todo lo sabe, y es que Eric Grau lo controla todo. Ha dejado su carrera de médico para concentrarse en la empresa familiar en cuerpo y alma. Es un adicto al trabajo y, como él mismo dice, en la vida solo sabe trabajar e ir a correr. Para cualquier que lo ve, tiene un aura de sensualidad que lo hace peligroso. Él lo sabe y no le importa, juega con ello si lo necesita. Sabe que es la comidilla de la plantilla en muchos sentidos pero no le importa. Hasta que aparece Ana. Esa mujer que parece dejarlo siempre en evidencia, que lo mira con la cabeza en alto y que no titubea a la hora de decirle cuatro verdades. Está claro que debería despedirla por insolente pero... ¿por qué no lo hace?

Es una historia que engancha, en eso no hay ninguna duda. Y con un final que pide más, desde luego. Unos personajes que odias y otros que amas, como Dani, el compañero de piso de Ana. Sobre los principales, decir que, conforme va pasando el tiempo, los vas entendiendo más y consigues empatizar más con ellos, aunque espero poder llegar a entenderlos del todo en el segundo. Sobre todo a ella, porque en algunas situaciones me ha faltado ver a la mujer fuerte e independiente que nos mostraba al principio de la historia.

Con un lenguaje y una forma de narrar muy cercana y fluida, es un libro que se lee muy rápido y que no se hace pesado. Como digo, estoy deseando que llegue la primavera para saber qué pasa con esos dos y cómo se va a resolver ese final.
PB
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Es una historia amena y adictiva
Valoración
 
4.5
Maldito síndrome de Estocolmo es el debut de la autora y la ganadora del Premio Chic 2018, no se puede discutir que ha entrado con muy buen pie, creando una novela completamente adictiva, que una vez comienzas no puedes dejar de leer.

Ana acaba de encontrar trabajo en una multinacional farmacéutica, si bien no es el trabajo de sus sueños ya que entra como externa y con un sueldo bastante bajo, pero aun así lo hace con ilusión, además sus compañeros masculinos, Oliver y su jefe directo Alberto, la acogen enseguida, no así Marga, que se muestra bastante desagradable con ella.

Le han puesto en antecedentes de que su jefe, al que llaman Iceman, es un depredador sexual, frío y borde. Ana no tardará mucho en darse cuenta de que tienen mucha razón, sin embargo, no puede evitar sentirse atraída por él.

Eric Grau, es el Jefe de ventas y finanzas de la empresa familiar y uno de los socios mayoritario, junto a sus dos hermanos mayores y su padre. Para él, Ana no pasará desapercibida, sobre todo por su lengua viperina y su manía de dejarlo en evidencia, y su relación laboral será de lo más tensa, entre otras cosas porque entre ellos hay una gran tensión sexual.

Un par de encuentros fuera de la oficina y un viaje de negocios hará que se conozcan bien y que sus sentimientos afloren, sin embargo, la diferencia de clases sociales y las presiones a Eric harán que cualquier tipo de relación sea harto difícil, ¿podrán superar todos los obstáculos que se les presentan? Pues para saberlo tendremos que esperar unos meses, porque la autora nos ha dejado con la miel en la boca y, al menos a mí, subiéndome por las paredes.

En cuanto a los personajes, a veces ha sido difícil entenderlos. Ana es una joven que no tiene filtros a la hora de hablar, va con la verdad por delante y dice lo que piensa, y eso me ha encantado de ella, sin embargo, aguanta lo inaguantable y perdona muy rápido, además que se pasa casi toda la novela pidiendo disculpas, eso ya no me ha gustado tanto. La he visto muy segura de sí misma de boca, pero muy insegura de hechos. Espero verla más fuerte en la segunda parte.

Eric ¡ay Eric!, de entrada no es un personaje que caiga muy bien, es desagradable y no para de decirle a Ana que es su jefe, sin embargo, cuando ves en lo que se ha convertido su vida lo entiendes y le perdonas. Ha tenido que dejar una profesión como es la medicina, que le encanta, por dirigir una empresa, y eso lo ha convertido en un hombre bastante amargado. No obstante, la llegada de Ana a su vida le hace tener ilusión, pero Eric es un hombre cambiante y no dejará de sorprendernos, para bien y para mal.

Secundarios aparecen bastantes, Dani, el compañero de piso de Ana, un chico simpático y metomentodo, Alberto, Oliver y Marga, los compañeros directos de la joven, y los hermanos y padre de Eric, que desde luego, van a dar mucha guerra.

La narrativa de la autora es sencilla, ágil y fresca, hay mucho diálogo por lo que se lee en un suspiro. La historia es en primera persona desde el punto de vista de Ana, y hace que intimemos con ella y la conozcamos bien, me hubiera gustado ver qué pasaba por la cabeza de Eric también.

Maldito síndrome de Estocolmo, es una historia amena y adictiva que engancha desde la primera página, sobre todo por lo dispares que son Eric y Ana, y los constantes tira y afloja que mantienen continuamente. Los personajes evolucionan a lo largo de la novela, aunque les queda mucho camino por recorrer, y seguro que a nosotros nos queda mucho que sufrir todavía.

Ahora toca esperar a que llegue la primavera para saber el desenlace de esta adictiva novela.
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