- Clean Romance
- El beso de un extraño
El beso de un extraño
PopularDetalles del libro
- Clean Romance
Libro 1 de la serie Los hermanos Jonquil
Un beso imprudente en una posada convertirá a dos jóvenes en marido y mujer sin pretenderlo. Una historia con reminiscencias de La fierecilla domada de Shakespeare que hará las delicias de las lectoras más románticas.
Cuando Crispín, lord Cavratt, besa a una sirvienta en una posada, no espera que eso tenga consecuencia alguna. Sin embargo, la joven no es una sirvienta, sino una dama por nacimiento, además de la sobrina de un caballero importante que, para colmo, está muy enfadado. Así que no le queda más remedio que casarse con la señorita Catherine Thorndale, que no tiene dinero ni es una mujer refinada, y que piensa que, al igual que su tío, todos los hombres son unos viciosos.
Atrapado en un matrimonio no deseado y cuya anulación dejaría su reputación dañada y la de Catherine destrozada, decide ocuparse de que su esposa cambie sus modales de campesina y se convierta en una dama. Y mientras se van conociendo, ambos se preguntan si aquello, al final, podrá ser un matrimonio de verdad. ¿Lo conseguirán a pesar de ser tan distintos?
Opiniones de los usuarios
Y con este punto de partida, la autora pone de relieve un par de datos y aspectos que suelen pasar desapercibidos a día de hoy, como es que el amor no solía ser el sentimiento imperante en una relación. Y sobre todo, que las mujeres no eran consideradas como personas en buena parte de los mismos, sino en una mera transacción comercial para ampliar el patrimonio familiar.
Desgraciadamente, hay otros aspectos que no parecen haber cambiado o evolucionado tanto como por ejemplo, lo fácil que es para una mujer tener una mala fama, sea o no la protagonista de una situación embarazosa. Y lo que es aún más triste, el maltrato que hemos sufrido en repetidas ocasiones a lo largo de la historia. Por eso, me ha gustado mucho que, a través del personaje de Catherine se denuncien ambos aspectos.
Asimismo, recuerda también que todas las acciones tienen sus consecuencias y sobre todo, nos invita por tanto a reflexionar a pensar antes de actuar porque, si no, al igual que Crispin, nos convertiremos en protagonistas de una situación indeseada, que no sabemos gestionar correctamente y de la que por tanto, tampoco saldremos como salir sin hacer daño al resto de implicados.
Y por eso está tan bien representado y ejecutado este personaje, si bien es cierto que, en ocasiones, no me caía demasiado bien. Aunque, sí que tengo que decir que su actitud de desconcierto y fuera de control, que realizó una magnífica representación de la importancia que tienen las palabras y cómo estas pueden causar aún más daño que las acciones y los golpes. Una metáfora al mismo tiempo, dura y evidente con la situación de Catherine.
Es por tanto un héroe atípico que se debate entre la razón y el corazón, pero que haga lo que haga y se deja guiar por alguno de los dos, siempre termina metiendo la pata. Por eso, a veces me resultaba encantador y enternecedor, pero al mismo tiempo, me sacaba de quicio. Dinámica repetida a lo largo y ancho de esta novela.
Al ser una novela de opuestos, las opiniones con respecto al amor son diferentes: el se ha vuelto arisco a causa de comprobar que todas las relaciones y matrimonios a su alrededor no son todo lo felices que deberían - su propia familia incluida - mientras que ella, ante la falta de amor que ha experimentado en su vida, en cuanto ve el más mínimo atisbo de un sentimiento similar y/o un buen comportamiento para con ella, poco a poco se siente atraída a por él. A pesar de ese rechazo inicial y de que, en ocasiones los momentos tristes superan a los felices.
En ese sentido, me ha gustado mucho la personalidad que la autora le ha otorgado a Catherine porque es muy real. Y por eso, el lector siente mucha empatía de inmediato para con ella. Especialmente en aquellos momentos en los que se palpa el miedo real que le supone un rechazo, puesto que solo tiene el precedente de su tío en lo que a comportamiento se refiere. Demostrando así el profundo impacto que tienen las circunstancias en que nos criamos para desarrollar una determinada opinión o comportamiento acerca de determinadas acciones y/o gestos.
Juega también muy bien con la idea de que el miedo que supone el confesar sus sentimientos por el miedo a la exposición y la debilidad que va asociado al mismo. Si a día de hoy, sucede, antes mucho más. Sin embargo, parecemos olvidar que, si bien las palabras pueden servir para mostrar los sentimientos a los demás, también los gestos dicen mucho al respecto de los mismos. Más que nada porque describe muy bien que no hay más ciego que quien no quiere ver. La inclusión del pretendiente, en este caso, me ha parecido muy acertada y divertida para darle esa vidilla y revulsivo que ambos necesitaban para decidirse a actuar. En una u otra dirección.
Y en este sentido, he de decir que esa falta de buena comunicación entre ellos incluso me ha dado rabia, ya que ambos se merecían su final feliz. Un final que, sí que he de confesar que me ha parecido precipitado y que rompe de manera muy brusca con todo el desarrollo previo de la relación entre ambos.
Y eso, en mi caso, ha impedido que la disfrute por entero ya que, se lee muy fácilmente y en menos tiempo del que pensamos, se ha llegado al final del mismo. Al ser mi primer contacto con la pluma de su autora, no puedo decir si es su mejor novela o no, pero sí que diré que no ha sido un primer encuentro del todo desagradable o insatisfactorio.
Crispín Handle, lord Cavratt, soltero empedernido, sin intención alguna de casarse, para librarse de una dama interesada en él, comete un acto de lo más imprudente, decide darle un beso a una joven a quien, por su apariencia, considera una sirvienta. Pero, cuál será su mayor sorpresa, cuando descubra que la muchacha es en realidad una dama. Obligado por el tío de la joven, quien considera que el honor de su sobrina ha quedado manchado, debe casarse con ella. Todo sucede de una manera vertiginosa, pero Crispín accede, con la intención de que en cuanto pueda pedirá la anulación de ese matrimonio, pues considera que de la manera en que se ha celebrado, no tendrá ningún problema en obtenerla.
Pero mientras tanto debe convivir con su esposa, Catherine Thorndale. Catherine es una joven tímida, acostumbrada a vivir bajo las órdenes de su cruel tío. Verse casada de buenas a primeras con un hombre al que no conoce no le agrada demasiado, pero es una forma que tiene de escapar de su familiar. De todas formas, su tío solo quería librarse de ella. Crispín solo piensa en la anulación y Catherine sabe que tendrá que aceptarla, a pesar de que su reputación quedará destrozada. Sin embargo, a medida que pasan los días y la convivencia entre ellos hace que se conozcan cada vez mejor, empiezan a preguntarse si realmente será necesaria la anulación del matrimonio.
De la pareja protagonista, que es encantadora, quiero destacar el personaje de Catherine. Es asombrosa su evolución a lo largo de la historia. Desde que quedó huérfana vivió con su tío sufriendo castigos y humillaciones por parte de él, convirtiéndola en una joven tímida y sin apenas autoestima. Ni siquiera tenía una ropa decente que ponerse, de ahí su apariencia de criada. Cuando se casa con Crispín y tiene que vivir en su casa, se muestra retraída y ni siquiera se atreve a sonreír cuando hablan con ella, ya que su tío se lo tenía prohibido. No puede confiar en ningún hombre, ya que piensa que todos son como su tío.
Crispín, que es todo un caballero, atento y amable, con un gran sentido del humor, aunque haya cometido un error al darle un beso a Catherine de esa forma, decide que mientras sea su esposa vivirá en su casa y se ocupará de su bienestar, además, tienen que dar esa imagen de cara a la sociedad. A medida que van pasando los días, descubrirá el diamante en bruto que es Catherine, esa tímida joven tiene una sonrisa de lo más encantadora, una elegancia inusual y una belleza atrayente.
Crispin cree que la mejor solución a la situación que ha creado es la anulación del matrimonio, aunque eso dañará la reputación de Catherine pero no la de él. Además, no quiere condenarla a un matrimonio forzado, ya que Catherine ha tenido que casarse porque no le quedaba otra opción. Y Catherine, resignada asumirá la anulación aún sabiendo que se quedará sola y tendrá que valerse por sí misma, pues entiende que Crispín no la ama, pero quiere que se retrase lo máximo posible. Y así entre estos pensamientos en los que cada uno que el matrimonio debe desaparecer por una u otra razón, nacerá entre ellos un amor inesperado, que les hará abrir sus corazones y darse cuenta de sus verdaderos sentimientos.
La verdad es que se hace una gran descripción de la sociedad de la época. Cómo la reputación de una dama queda manchada por un simple beso y las consecuencias que trae. De la misma forma, el hecho de que la anulación del matrimonio dañe a la mujer y no así al hombre, algo de lo más injusto. Y el vergonzoso comportamiento que muestran las damas de la alta sociedad hacia Catherine, esa forma de juzgarla y escrutarla porque consideran que no pertenece a su clase social, y no debería haberse casado con un lord.
El beso de un extraño es la introducción a la saga Hermanos Jonquil, de esta misma autora, y aquí ya podemos conocer a dos de sus componentes: Philip Jonquil, lord Lampton, un caballero un tanto excéntrico pero encantador y Jason, abogado de prestigio entregado a su trabajo.
No puedo decir más que es una novela encantadora, con momentos divertidos y también llenos de tensión y con un romance tierno que fluye despacio entre sus protagonistas. De como una situación que, en un primer momento parecía tan disparatada, les hace descubrir el verdadero amor.
Pero resulta que la sirvienta es una dama que vive prácticamente en una prisión. Cuando su tío obliga a Crispín a subir al altar, la muchacha ve una salida y un futuro incierto.
Pero el enlace tendrá una fecha de caducidad próxima ya que ambos deciden anularlo en cuanto encuentren una salida legal. Ella acabaría con la reputación destrozada y sin un hogar.
Mientras demuestran a la sociedad londinense que el suyo es un matrimonio de verdad, Crispín y Catherine empiezan a dudar de la anulación... aunque ninguno lo dirá en alto.
Me ha gustado mucho la evolución del personaje de Catherine y la caracterización de Crispín, no es el típico noble brusco y distante. Él intenta desde el primer momento acercarse a la joven y protegerla, que se sienta cómoda e integrada. Es divertido y afable.
Solo nos queda esperar por el siguiente libro, espero que sea de Philip (el mejor amigo de Crispín).
Como punto negativo, diría que alguna conversación y expresión me ha parecido más actual que de la época.
Por lo demás, el estilo de la autora es directo y rápido de leer. Lo leí de un tirón en una noche. Se trata de una novela romántica (clean romance).
Por último, me gustaría mencionar las notas a pie de página, ojalá lo hicieran siempre. Algunas ya las conocía pero no está de más leerlas para conocer más detalles.