Lenora Bell
Elena Armas
Experimento de amor en Nueva York
Rosie está desesperada. Solo tiene ocho semanas para escribir una novela romántica en medio de un horrible bloqueo creativo. Y además se le ha caído el techo encima, literalmente. Por suerte, puede refugiarse en el piso de Lina mientras ella está de viaje. Lo que Rosie no sabe es que Lucas, el primo de su mejor amiga y a quien ha estado acechando por Instagram, también se quedará allí. Lucas es una alma libre con abdominales de acero, sonrisa de ensueño, dotes de cocina y un par de secretos. Pero el plato fuerte es que le propone a Rosie un experimento que despertará mucho más que su inspiración.
La teoría del amor
En esta fantástica comedia romántica de la autora de La hipótesis del amor y La química del amor, dos físicos rivales chocan en una vorágine de disputas académicas y relaciones falsas.
Las múltiples vidas de la física teórica Elsie Hannaway han acabado atrapándola. De día es profesora adjunta. Se afana en corregir exámenes y enseñar termodinámica con la esperanza de, algún día, conseguir la titularidad. De noche, complementa su inexistente sueldo ofreciendo el servicio de ser una novia falsa, lo cual lleva a cabo con éxito gracias a sus habilidades para caerle bien a la gente y encarnar cualquier versión de sí misma que necesite el cliente.
Lo cierto es que es un trabajo estupendo… hasta que el Elsie-verso que tanto le ha costado construir se viene abajo. Jack Smith, el hermano arrogante e irritantemente atractivo de su cliente favorito, resulta ser el físico experimentalista sin corazón que arruinó la carrera de su mentor y minó la reputación de los teóricos a nivel mundial. Y ese mismo Jack Smith, que es quien dirige el departamento de Física del MIT, se interpone ahora entre Elsie y el trabajo de sus sueños.
Ella está dispuesta a poner en marcha una guerra de sabotaje académico, pero… ¿qué son esas miradas tan largas y penetrantes? ¿Cómo es que, cuando está con él, no tiene que ser una versión diferente de sí misma? ¿Caer en la órbita de un experimentalista conseguirá que, por fin, ponga en práctica todas sus teorías sobre el amor?
La química del amor
Una nueva comedia romántica situada en la NASA en la que una científica se ve obligada a trabajar en un proyecto junto a su archienemigo… con resultados explosivos.
Bee Königswasser se rige siempre por un código muy sencillo: ¿qué haría Marie Curie? Si la NASA le ofreciera liderar un proyecto de neuroingeniería, un sueño hecho realidad después de pasarse años malviviendo con las migajas del mundo académico, Marie aceptaría sin dudarlo. Obvio. Pero la madre de la física moderna nunca tuvo que codirigir ningún proyecto con Levi Ward.
A ver, Levi no está nada mal: es alto, moreno y tiene una mirada de lo más penetrante. Pero Levi dejó muy claros sus sentimientos por Bee en la universidad: es mejor que dos enemigos trabajen cada uno en su propia galaxia muy muy lejana.
De pronto, Bee se encuentra con que su material ha desaparecido, el personal pasa de ella y su maltrecha carrera profesional pende de un hilo. Puede que su lóbulo occipital esté jugándole una mala pasada, pero juraría que Levi empieza a convertirse en su aliado, apoyando sus decisiones, secundando sus ideas… devorándola con esa mirada suya. Y las diferentes posibilidades traen a sus neuronas de cabeza. Sin embargo, cuando llega el momento de jugársela y arriesgar el corazón, solo hay una pregunta que importe: ¿Qué hará Bee Königswasser?
Ali Hazelwood
Una semana en Nueva York
Libro 1, 2 y 3 de la serie The empire State
Anna está harta de citas. Está cansada de que le rompan el corazón. Es sexy, divertida e inteligente…, pero también es un imán para hombres que no la merecen. Salir de Londres y pasar una semana de vacaciones en Nueva York es la mejor solución para superar su última ruptura y poder tener una aventura veraniega con un desconocido. Pero para proteger su dañado corazón decide imponerse ciertas reglas: nada de contarse sus vidas, nada de intercambiar números de teléfono y nada de decirse los nombres reales.
Solo será una noche divertida y excitante.
Ethan, exitoso seductor «en serie», también tiene sus reglas: nada de citas, nada de quedarse a dormir y nada de hacer promesas.
Todo parece perfecto…, pero las reglas se hacen para romperse…
El rey de Wall Street
Libro 1 de la serie The Royals
Mantengo separados mis dos mundos.
En el trabajo, soy el rey de Wall Street. Los millonarios de Manhattan acuden a mí para ganar todavía más dinero. Hacen lo que yo les digo, porque siempre tengo razón. Soy astuto, exigente, y algunos dicen que despiadado.
En casa, soy un padre soltero que trata de conseguir que su hija de catorce años siga siendo una niña el mayor tiempo posible. Pero ella no quiere hacer nada de lo que le digo, y nada de lo que le sugiero le parece bien. Pero cuando Harper Jayne entró a trabajar en mi empresa, las barreras entre mis dos mundos empezaron a desdibujarse por su culpa; es la mujer más irritante con la que he trabajado nunca.
No me gusta la forma en que se inclina sobre la fotocopiadora, hace que me vuelva loco. Odio la forma en que se muestra ansiosa por hacer un buen trabajo, porque eso me excita. Y no soporto la forma en que se recoge el pelo, dejando a la vista su largo cuello, porque me dan ganas de desnudarla, ponerla sobre mi escritorio y deslizar la lengua por todo su cuerpo.
Si mis dos mundos van a colisionar uno contra otro, Harper Jayne tendrá que aprender que soy el jefe tanto en la oficina como en el dormitorio…
El príncipe de Park Avenue
Libro 2 de la serie The Royals
Me he ganado cada uno de mis billones de dólares por mí mismo. Soy calculador, astuto, y el mejor en lo que hago. Lleva tiempo y dedicación construir algo como lo que tengo. Y eso no deja tiempo para el amor, ni para novias ni para relaciones de ningún tipo. Pero no me malinterpretes: no soy un monje.
Comprendo la atención y la concentración que hay que tener para seducir a una mujer guapa. Son las mismas habilidades que utilizo para cerrar grandes negocios.
Pero todo eso empieza y acaba en una sola noche. No soy el tipo de tío que manda flores. No soy de los que llama al día siguiente. O eso pensaba hasta que una guapísima heredera, además de impaciente y mordaz, irrumpió en mi vida.
Cuando Grace Astor pone los ojos en blanco por algo que he dicho, lo que quiero es abrazarla bien fuerte y mostrarle lo que se ha estado perdiendo hasta ahora.
Cuando hace una broma a mi costa, solo quiero cerrarle esa boca descarada con mi lengua. Y cuando se marcha con un simple adiós justo después de que hayamos follado, lo único que quiero es restregarle en su cara los tres orgasmos que acaba de disfrutar.
Ella será una princesa, pero yo le voy a dejar claro quién manda en este dormitorio de Park Avenue.