Hola holita personitas hoy vengo con la reseña de un libro tan bonito como la vida misma. Un libro con el que me he sentido demasiado identificada con la protagonista. Pero vamos a hablar de los protas que si no me lío.

Nuestro protagonista es el chico de los ojos tristes pero tiene su motivo de peso. Justo ese día, para él es uno de los más duros del año. Trabaja en un buen trabajo y tiene un gato, por dios, ¡Un hombre con un michi es un sueño hecho realidad!

Nuestra protagonista vive una relación abusiva con una persona tóxica y narcisista. Ella quiere vivir de sus esculturas y tiene un pequeño taller donde las hace, pero es ninguneada continuamente.

Una cafetería, una nota y miles de correos es lo que nos depara esta preciosa historia. Un romance precioso de segundas oportunidades en la vida. (No es que se conocieran de antes sino que ambos tienen una segunda oportunidad para ser felices)

Una historia demasiado preciosa. Como he dicho me he sentido demasiado identificada con la protagonista, pero no por una pareja sino por amistades.

El estilo narrativo de la autora es ágil, dinámico y divertido. Hace que empatices un montón con los protagonistas y que, si has vivido algo así, te puedas ver reflejada o reflejado en ellos. Aún así puedes vivir la novela, y con los capítulos cortitos y a dos voces puedes saber que piensa cada protagonista independientemente y eso me encanta.

Lo recomiendo si te gusta el romance sano, con heridas que sanar por parte de ambos protagonistas, y que si tú pasas por un momento así es, como dicen por ahí, una curita en el corazón.

La novela me ha encantado y espero leer pronto algo más de la autora.